Anonim

crédito: @ mitlamk / Twenty20

Si la economía del concierto no nos mantiene en casa, es nuestra incapacidad para pagar las noches con amigos. Compramos en casa, consumimos video en casa y socializamos en casa. Probablemente esté muy lejos de cómo la mayoría de nosotros crecimos, pero incluso si todavía estamos ajustándonos a la nueva normalidad, estamos cosechando algunos beneficios que aún no hemos notado.

Los investigadores acaban de demostrar que nuestro cambio de estilo de vida hacia pasar el rato en casa ha creado una caída significativa en nuestro uso de energía. Gracias en gran parte a las nuevas tecnologías y a una mayor flexibilidad en el lugar de trabajo, ahorramos toneladas de transporte y contribuimos menos al uso de energía no residencial. El equipo de investigación comparó los datos entre 2003 y 2012, y encontró, entre otras cosas, que los adultos jóvenes de 18 a 24 años pasaron 70% más tiempo en casa que antes.

En general, se trata de ocho días más en casa por año, un día menos de viaje y una semana menos en edificios no residenciales. Ese es un cambio enorme en tan poco tiempo, y puede llevar a nuevos desarrollos en la eficiencia energética en el hogar, ya que ahora llevamos gran parte de nuestra vida allí. También es una señal de que debemos cuidar nuestra propia salud mental; ser una persona hogareña es genial, pero asegúrate de no estar aislándote demasiado. Las amistades virtuales y la comunicación son válidas y reales, pero también lo es tener un tercer espacio, si es posible.

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