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Si bien sería difícil encontrar a alguien que realmente disfrute pagando impuestos, la mayoría de las personas reconocen que cumplen un propósito. Este hecho a veces se ve oscurecido tanto por la complejidad de las leyes fiscales como por las formas ineficientes en que se gastan los ingresos federales. En teoría, impuestos más altos conducen a servicios sociales más completos.
Seguridad Social
Debido al Baby Boom entre los años 1945 y 1964, hay una gran cantidad de personas en los Estados Unidos que actualmente se están acercando a la jubilación. Los altos impuestos ayudan a financiar la Seguridad Social, un sistema que, según el administrador de la Seguridad Social Michael J. Astrue, está empezando a verse afectado por esta gran demografía. La sociedad se beneficiará de que sus ancianos estén bien cuidados porque si no lo son, terminarán poniendo una presión financiera aún mayor en los recursos públicos.
Educación
Un sistema educativo completo y dinámico es la piedra angular de una sociedad funcional, pero tiene un precio elevado. Hay enormes costos asociados con los edificios, el mantenimiento, los salarios y los suministros. Casi todo esto se paga a través del cofre público, lo que significa que la factura está a cargo de los contribuyentes. Según un informe de Rasmussen, el 54 por ciento de los estadounidenses no están dispuestos a pagar impuestos más altos para la educación. Sin un buen sistema educativo, las tasas de analfabetismo y la incompetencia aumentarán, lo que llevará a más personas que son una carga para su sociedad porque no tienen habilidades comerciables.
Infraestructura
Una sociedad industrial depende de infraestructuras enormes, complejas y caras, que incluyen autopistas, plantas de tratamiento de agua, redes eléctricas, redes de telecomunicaciones y sistemas de distribución postal. Muchos de estos sistemas son de propiedad pública, y los que son privados por lo general están subsidiados en cierta medida con fondos públicos. Los impuestos son la principal fuente de financiamiento para mantener estos sistemas. Los impuestos altos permiten que la infraestructura se mantenga más a fondo y se repare más rápida y eficientemente cuando se descompone. Los impuestos más bajos pueden llevar a una falta de recursos para mantener la infraestructura, lo que posiblemente podría llevar a gastos aún mayores en el futuro cuando estas infraestructuras empiecen a degradarse y necesiten reparación o reemplazo.