Ebooks y ereaders como el Nook y el Kindle debían cambiar la cara de la lectura. La industria del libro se preparó para un cambio radical que nunca sucedió. Por extraño que parezca, una de las razones por las que puede parecer contraintuitiva es que los libros electrónicos son y no tanto libros físicos.
Los psicólogos del consumidor de la Universidad de Arizona acaban de publicar un estudio que analiza la forma en que los lectores sienten que poseen o no sus colecciones de libros. El factor detrás de eso se llama propiedad psicológica y, según la autora principal, Sabrina Helm, se trata de tres factores:
- Si sentimos que tenemos control sobre el objeto que poseemos.
- Si usamos el objeto para definir quiénes somos
- Si el objeto ayuda a darnos un sentido de pertenencia en la sociedad.
"En el contexto de los productos digitales, observamos cómo las personas se apropian de algo que realmente no existe: es solo un archivo en su computadora o dispositivo o en la nube; es más un concepto que una cosa real", dijo. Dicho en un comunicado de prensa. Esto se llevó a cabo en su investigación. Los "baby boomers", los gen Xers y los millennials informaron sentirse "una sensación restringida de propiedad de los libros digitales". No poder compartir o manipular el libro en el espacio contribuyó a que los libros electrónicos se sintieran más como experiencias alquiladas.
Esto no quiere decir que los libros físicos sean "reales" o más reales que los libros electrónicos. Los defensores de la discapacidad y los lectores rurales, por ejemplo, defienden ferozmente el acceso a la descarga de libros. Pero Helm sugiere que los libros electrónicos podrían volverse más populares si los editores van en una nueva dirección. Una opción sería hacerlos más como libros, con la capacidad de escribir en los márgenes, por ejemplo; La otra es hacerlos más como una aplicación. De cualquier manera, la forma en que lea los libros realmente podría cambiar en el futuro.
"Muchos participantes señalaron que ven los libros digitales como demasiado caros para lo que entregan, porque no ofrecen la misma riqueza que un libro físico; los leen y no queda nada", dijo Helm. "Si es diferente de un libro físico, ya no lo compararán con el libro físico, porque es una forma de entretenimiento completamente diferente".