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Anonim

Cuando intenta realizar un retiro de una cuenta bancaria que pertenecía a una persona fallecida, debe enfrentarse a las leyes estatales y federales, así como a las políticas del banco en particular. La titulación precisa de la cuenta afecta directamente la manera en que puede acceder a los fondos. En algunos casos, puede continuar usando la cuenta sin hacer ninguna disposición especial.

Cuenta compartida

Las leyes estatales relacionadas con la propiedad conjunta varían, pero en la mayoría de los estados, las cuentas bancarias conjuntas se basan en la premisa de que si un propietario fallece, el otro propietario asume el control total de la cuenta. Dichas cuentas se denominan cuentas conjuntas con los derechos de supervivencia. El propietario sobreviviente puede continuar emitiendo cheques y utilizando tarjetas de débito para hacer retiros de la cuenta sin restricciones. Sin embargo, en algunos estados, cuando un propietario conjunto fallece, la mitad de la cuenta se convierte en propiedad del patrimonio de ese propietario. Alguien designado por el tribunal para actuar como administrador de bienes del difunto puede acceder a los fondos mediante la presentación de un certificado de defunción, documentos judiciales y una forma de identificación válida.

Beneficiario de pago a la muerte

Muchas personas nombran a los beneficiarios de pago a la muerte, o POD, en sus cuentas bancarias. La Reserva Federal reconoce las cuentas POD como fideicomisos revocables. Al igual que con cualquier fideicomiso revocable, el beneficiario designado asume el control de la cuenta en el momento de la muerte del propietario original. Para acceder a los fondos, los beneficiarios deben proporcionar al banco una copia del certificado de defunción y una forma de identificación que cumpla con los requisitos de la política del banco. En general, la mayoría de los bancos solo aceptan identificación emitida por el gobierno, como pasaportes o licencias de conducir. El beneficiario de POD no puede continuar usando la cuenta; en cambio, el banco cierra la cuenta y entrega los fondos al beneficiario.

Legalización de un testamento

Cuando alguien con una cuenta bancaria de un solo propietario fallece sin haber nombrado a ningún beneficiario de la cuenta, la cuenta y el resto del patrimonio del fallecido deben pasar por la sucesión. Un juez de sucesiones revisa la voluntad del difunto, si existe, y decide cómo resolver el patrimonio. El juez designa un albacea para supervisar el patrimonio y produce cartas de administración que nombran al albacea y proporcionan instrucciones para liquidar el patrimonio. El ejecutor puede cerrar la cuenta proporcionando estas cartas, junto con un certificado de defunción y una identificación válida al banco que posee la cuenta.

Confianza

Algunas personas establecen fideicomisos en vida durante sus vidas. Los fideicomisos son entidades legales que son distintas de la persona que creó el fideicomiso. Cuando la persona que crea la confianza, conocida como el otorgante, muere, la confianza continúa existiendo. El fiduciario nombrado administra el fideicomiso y cualquier activo, como las cuentas bancarias, que pertenecen al fideicomiso. El fiduciario puede realizar retiros emitiendo cheques o retiros bancarios en persona, pero debe distribuir los fondos de acuerdo con las instrucciones contenidas en el documento del fideicomiso.

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