"Los buenos chicos terminan los últimos" puede ser un cliché obsoleto, pero puede que no sea totalmente una tontería. Según una investigación que acaba de publicar la American Psychological Association, su propensión a la bondad podría tener un gran efecto en su futuro financiero.
Investigadores de la Universidad de Columbia y el University College de Londres querían saber cómo se vincula la personalidad con la riqueza personal. Es posible que tenga sus propios sentimientos acerca de si los muy ricos son desagradables Scrooges o dignos filántropos; Puedes tener opiniones similares sobre aquellos que luchan un poco más. Al utilizar un conjunto de datos gigantesco recopilado durante décadas, los investigadores pudieron correlacionar algunos rasgos de personalidad hacia un éxito más o menos monetario.
Aquellos que obtuvieron una calificación alta en la simpatía tendieron a tener más dificultades para acumular riqueza, mantenerse al margen de la deuda y evitar la bancarrota. Sin embargo, no era algo inherente a sus habilidades monetarias: era solo que a las personas muy agradables no les importaba tanto el dinero y, por lo tanto, eran más propensas a cometer errores financieros. Esto se mantuvo en todos los grupos socioeconómicos, pero el efecto fue más pronunciado entre los grupos de bajos ingresos, donde la riqueza hizo un mejor trabajo de enmascarar sus hábitos.
Incluso si no te consideras malo, siempre vale la pena dedicar tiempo a reforzar los conocimientos financieros. Los estudios han demostrado que la educación financiera temprana en la vida hace que tus años dorados sean mucho más agradables. Lo bueno de la personalidad es que no tiene nada que ver con lo bien que puedes aprender y mejorar.