Anonim

Crédito: @ taniramaurer / Twenty20

Asiente si esto te resulta familiar: toda tu vida está envuelta en mejorarte: mejor en tu trabajo, mejor pareja romántica, mejor cuerpo, mejor amigo, mejor aficionado, simplemente mejor. Toda esa mejora comienza a acumularse y, de repente, te das cuenta de que estás demasiado atrapado en tu estrés para vivir tu vida. Esos son algunos de los efectos del perfeccionismo, y una nueva investigación muestra que realmente no solo eres tú.

Los psicólogos en Inglaterra acaban de publicar un análisis de los cambios generacionales en el perfeccionismo. Después de encuestar a decenas de miles de estudiantes universitarios británicos, canadienses y estadounidenses desde la década de 1980 hasta 2016, confirmaron lo que probablemente ya saben en la boca de su estómago: nuestro perfeccionismo nos está dominando más. Y mientras más joven seas, más atrapado estarás en él.

El perfeccionismo es una bestia extraña. Por supuesto que es bueno esforzarse y tratar de ser tu mejor yo. Pero también puede crear bucles de retroalimentación en los que comienzas a equiparar tu autoestima con tu producción. Es una gran razón por la que el síndrome de impostor puede ser un problema para las personas que parecen tenerlo todo en el exterior. También puede llevarlo directamente al agotamiento, lo que hace que retroceda mucho más que el desorden.

Así que este año, recalibra tu enfoque. No deje de establecer metas y hacer planes y hacer lo mejor posible. Pero también recuerda que no solo eres más que la suma de tus logros, sino que cometer errores es normal y humano, y también a menudo es la mejor manera de aprender y crecer. Pida ayuda si está luchando, ya sea con su presupuesto, con una tarea en el trabajo o en su vida personal. Cuando derrotes al monstruo del perfeccionismo, puedes llevarte a lugares que nunca esperabas ir.

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