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Un intercambio de seguro recíproco es la formación de una asociación de entidades, con cada miembro de la asociación asumiendo el riesgo del otro. Las ganancias y las pérdidas se comparten en proporción directa a la cantidad de cobertura de seguro que tiene un miembro. El acuerdo es similar a una compañía de seguros mutua, que es propiedad de los asegurados, y coloca los dólares de primas que se reciben en un grupo, que se utiliza para pagar reclamaciones. Los miembros de la reciprocidad se conocen como suscriptores en lugar de asegurados.
Concepto
El concepto detrás de una compañía de seguros recíprocos es que dado que todos los dólares de primas recaudados de los miembros de la asociación se utilizan para pagar las pérdidas incurridas por los miembros de la asociación, cada miembro es tanto un asegurador como un asegurado. Todas las decisiones se toman internamente, sin la necesidad de una junta directiva, y la asociación puede determinar su propia dirección con poca interferencia externa.
Historia
Los intercambios recíprocos aparecieron por primera vez hace más de cien años. En general, estaban formados por grupos de personas que trabajaban en el mismo negocio, como comerciantes de productos secos, que optaban por intercambiar contratos de seguros entre sí en lugar de utilizar una compañía de seguros típica. Su principal objetivo era proteger sus negocios de pérdidas por incendios. Cuando ocurrió una pérdida por parte de uno de los miembros, los fondos se recolectaron de cada suscriptor en proporción directa al monto de su contribución individual.
Componentes
Los intercambios recíprocos constan de dos componentes: el intercambio recíproco entre seguros y el abogado de hecho (AIF). El intercambio es la compañía de seguros real que es administrada por una Junta de Gobernadores y dicta las políticas y los procedimientos. El AIF es una entidad legal separada que es seleccionada por la Junta de Gobernadores y administra las operaciones diarias recíprocas.
Ventajas
Las ventajas de un intercambio recíproco pertenecen principalmente al AIF. Los propietarios de los AIF no están obligados a ser asegurados del intercambio, por lo que no asume ninguno de los riesgos del intercambio. Debido a que es una entidad separada del intercambio, crea su propio valor basado en el flujo de ingresos que genera, menos los gastos operativos, por lo que puede aumentar su valor al reclutar nuevos miembros.
Desventajas
Una desventaja de los intercambios recíprocos es que puede ser difícil recaudar los fondos necesarios para expandir el negocio. Además, debido a que consta de dos entidades distintas, los gastos pueden ser mayores que los de una sola empresa. Debido a la naturaleza del acuerdo comercial, los reguladores de seguros tienden a examinar más recíprocamente los recíprocos, y si el intercambio se vende, a menudo se requiere una reorganización completa de las entidades.