Todos tenemos esas cosas que no podemos admitir que amamos. Si hay una batalla en tu corazón entre Goldfish y Cheez-Its, es probable que ya sepas lo que la nueva investigación acaba de demostrar: que cuanto más secretos somos sobre las marcas, más nos vinculamos con ellas.
Los expertos en mercadotecnia de la Universidad de Towson querían saber si había alguna conexión con respecto a cómo nos sentimos acerca de las marcas y cómo nos sentimos acerca de tener una aventura amorosa secreta. En realidad, no es una suposición absurda: cuando intentamos suprimir los pensamientos sobre una relación prohibida, creamos las condiciones para la preocupación obsesiva, un patrón de comportamiento cíclico con el que cualquier persona que haya estado obsesionada con alguien (o algo) puede relacionarse.
Resulta que casi dos tercios de los participantes en una encuesta de Towson mantienen en secreto su amor por al menos una marca. Algunos ejemplos incluyen una tuerca de la salud que derrocha a McDonald's y una mujer que compra en una tienda de ropa de talla grande. En última instancia, el estudio llegó a la conclusión de que "la mentira aumentaba la intrusión y la supresión del pensamiento, lo que conducía a conexiones más sólidas" con la marca, según un comunicado de prensa.
Por supuesto, como con cualquier hábito de gasto, es posible perder de vista por qué está comprando de la manera en que lo hace. Si va a derrochar, incluso en secreto, intente hacerlo de manera consciente (¡incluso si eso derrota al propósito de derrochar!). Los consumidores estamos muy apegados a las decisiones irracionales, pero cuanto más podamos integrar la gratitud en nuestros presupuestos, más felices seremos nosotros y nuestras billeteras.