Es mejor ser temido que ser amado. Ese es el consejo de Niccolò Machiavelli en su guía del siglo XVI para gobernar una ciudad-estado. El príncipe. Para la todopoderosa familia Medici de la Florencia renacentista, podría haber sido el principio guía perfecto, pero en el lugar de trabajo contemporáneo, es una configuración para una cultura de oficina tóxica.
Hoy en día, la investigación ha surgido cada vez más evidencia de que la compasión es en realidad la forma más poderosa de dirigir un equipo. Es parte de una creciente teoría de repensar cómo enmarcamos las jerarquías y la administración. Por ejemplo, los empleados que sienten que reciben un buen trato tienden a mantenerse más saludables, mientras que un lugar de trabajo agotado puede ser peligroso para su salud. Otros investigadores están buscando nuevas formas de enmarcar la competencia, por lo que los trabajadores no se sienten constantemente en guerra en sus trabajos.
Llevar la compasión a su vida profesional no tiene por qué ser extraño o incómodo. A veces es tan simple como averiguar cómo se interpreta el estrés. También investigamos por qué su jefe imbécil es un imbécil y cómo saber si está prosperando en el trabajo. Todas estas son formas de salir de lo que siente por su trabajo y ver el panorama general.
Los jefes y empleados compasivos son más propensos a fomentar sorprendentes culturas de oficina, en las que los colegas confían el uno en el otro, especialmente si eso les ayuda a tener éxito y fracaso. El crecimiento personal y profesional es mucho más probable en entornos laborales donde las personas se sienten apoyadas. Dése a usted y a su equipo la mayor ventaja que pueda, simplemente entrando y siendo su mejor yo.