A la mayoría de las personas les cuesta imaginarse que van con una idea realmente mala en el trabajo, una que dañará a las personas o se enriquecerá a costa de otros. Pero no trabajamos en el vacío, y como muestra un nuevo estudio, incluso si nos consideramos personas honestas por nuestra cuenta, nos resulta difícil decir que no cuando algo beneficia a un grupo.
Los economistas de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich pidieron a los participantes que vieran imágenes de tiradas de dados y dijeran qué número surgió; números más altos significaban que se les pagaría más por su participación. Los investigadores solicitaron estas respuestas uno a uno, en configuraciones grupales donde todas las respuestas tenían que coincidir para recibir el pago, y en configuraciones grupales donde todos podían informar lo que quisieran. Los grupos también podrían usar un chat en línea para discutir los resultados.
"Observamos que los grupos son significativamente más numerosos que los individuos cuando los miembros del grupo se enfrentan a ganancias financieras mutuas y tienen que coordinar una acción para obtener esa ganancia financiera", dijo el coautor del estudio, Martin G. Kocher. No solo eso, sino que los miembros del grupo reconocieron que su curso de acción preferido podría ser deshonesto, pero lo hizo de todos modos. Casi el triple de los miembros del grupo defendieron la deshonestidad sobre la honestidad, y casi no hubo correlación entre el grado de honestidad de los participantes en las sesiones individuales en comparación con el grupo.
Si se considera a sí mismo como alguien que no simpatiza con un comportamiento deshonesto, también puede haber pensado en la denuncia de irregularidades, ya sea para su jefe, para Recursos Humanos o para una agencia de supervisión externa. Los denunciantes pueden ser vistos como heroicos, piense en Erin Brockovich o en Garganta profunda. Pero la Oficina federal del denunciante no es para todos los escenarios. Asegúrese de hablar con la autoridad apropiada cuando presente las acusaciones y de haber documentado su caso de manera hermética. El CEO, por ejemplo, probablemente no sea su primera parada si no ha hablado sobre el tema con su jefe o con RR. HH. Es posible que no tenga la imagen completa o que esté identificando erróneamente el comportamiento ilegal.
Finalmente, considere que el trabajo del departamento de recursos humanos es, sobre todo, proteger a la empresa. La denuncia de irregularidades conlleva muchos obstáculos, incluida la posibilidad de represalias, y las protecciones se aplican a conjuntos muy específicos de acciones. Si algo fuera de color realmente está sucediendo, prepárese para un proceso largo o incluso para dejar el trabajo. Dicho esto, este nuevo estudio podría aportar algunas buenas noticias: convenza a su grupo de que le interesa mejorar su situación financiera y el problema puede resolverse por sí solo.