No todos los silencios son incómodos, especialmente cuando supones que todos están de tu lado. Los investigadores de la Universidad de Haifa acaban de publicar un estudio sobre lo que la gente asume cuando los que están a su alrededor mantienen la boca cerrada. Sus resultados tienen implicaciones bastante amplias para una gran variedad de situaciones y para lo que debe hacer en ellas.
Todo se reduce a algo que los investigadores llaman el efecto espejo. Según un comunicado de prensa, "la gente generalmente asume que otros están en silencio por las mismas razones por las que se habrían quedado en silencio en la misma situación". Este resultado surgió ya sea que una persona representara una opinión mayoritaria o minoritaria. En otras palabras, si estoy hablando y usted no, creo que está de acuerdo conmigo, aunque nadie más lo haga.
Eso no necesariamente sigue, por supuesto. Una persona puede quedarse callada por varias razones, desde el desacuerdo hasta el desinterés y la simple fatiga o la autoconciencia. Sin embargo, si la parte silenciosa nunca corrige las suposiciones de la otra persona, esto puede llevar a problemas en el futuro. Ya sea que se trate de políticas de oficina o de administrar dinero con una persona importante, comunicarse con claridad y honestidad será lo mejor para todos.
Hay situaciones en las que la discreción es la mejor parte del valor, especialmente cuando las emociones se calientan y sobre todo cuando hay desequilibrios de poder en el trabajo. Pero si no quiere que lo vean como alguien que está de lado cuando no lo está, o si está de acuerdo con algo cuando no lo está, asegúrese de hablar. De lo contrario, todos los demás hablarán por ti.