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La Ley Sarbanes-Oxley de 2002 (SOX) se aprobó para evitar que las empresas se involucren en un fraude contable similar al perpetrado por Enron y Worldcom. Si bien SOX aumentó la precisión y la validez de la información financiera para las partes interesadas externas, creó algunos desafíos para las empresas que intentan cumplir con las pautas de SOX.
Controles internos
El cumplimiento de SOX requiere que las empresas implementen varios controles internos para salvaguardar la información financiera de una empresa. Los controles internos son específicos de cada operación contable, como cuentas por pagar, conciliaciones de efectivo y activos fijos.
Los controles internos ampliados agregan el tiempo de procesamiento a las funciones de contabilidad, retrasando la puntualidad de la información financiera. Además, los empleados deben asegurarse de que toda la documentación sea precisa y aprobada por los supervisores. Aumentar el número y las funciones de los controles internos retrasa la hora de cierre de cada período contable y retrasa la preparación de los estados financieros.
Mayor personal
Una función importante de las directrices SOX es la segregación de los deberes contables. Esto garantiza que una persona no maneje ciertos procesos contables de principio a fin, lo que puede aumentar las posibilidades de fraude o malversación. Para cumplir con el requisito de segregación de funciones, las empresas deben agregar personal contable adicional. El uso de empleados actuales fuera de la oficina de contabilidad no es aceptable porque descompone la función de controles internos.
Auditorias adicionales
Las pautas de SOX requieren que las compañías públicas tengan una auditoría anual realizada por una firma de contabilidad de terceros. La firma de contabilidad pública está limitada en el total de servicios de contabilidad que puede realizar. La separación de las funciones de auditoría de las funciones de consultoría bajo SOX ayuda a los auditores públicos a mantener una opinión objetiva sobre una compañía, pero puede requerir que se contrate a más de una firma de contabilidad.
Incrementar el número de auditorías y firmas de contabilidad que deben ser utilizadas por una compañía pública aumenta los costos de negocios. Las tarifas más altas de auditoría y contabilidad requieren que las compañías ajusten sus presupuestos para pagar estos servicios de contabilidad.
Más regulaciones
La legislación SOX se promulgó en 2002, menos de un año después de los principales escándalos contables de Enron y Worldcom. Si bien la legislación proporciona cierta supervisión necesaria en la industria contable, no se determinó que fuera una solución final para la industria contable. Las futuras regulaciones gubernamentales suponen una mayor carga financiera para las empresas, lo que aumenta los costos de realizar negocios. Algunas regulaciones también pueden limitar ciertas operaciones comerciales.
Sanciones más duras
Las sanciones por fraude y malversación contables se incrementaron según las nuevas pautas de SOX. Desafortunadamente, algunas sanciones promulgadas se centraron en infracciones mínimas, como no firmar declaraciones financieras o emitir declaraciones al público que indiquen que la gerencia ejecutiva ha aprobado cualquier información financiera publicada por la empresa. Las penalidades estrictas por tales infracciones menores pueden limitar el grupo de talentos ejecutivos si los futuros empleados de la administración no desean ser responsables de tales acciones y sanciones.