Anonim

Crédito: @ Globetrotter / Twenty20

Finalmente es tu primer día en tu nuevo trabajo. Llegó temprano, está usando un atuendo que eligió cuidadosamente la noche anterior y lo hizo a través de la orientación de Recursos Humanos. Es hora de conocer a tus colegas, virtualmente y en persona. Quieres parecer accesible y emocionado de ser parte del equipo, así que sonríes tan a menudo como puedas, ¿verdad?

Pues sí y no. Según un nuevo estudio de la Universidad Ben-Gurion, la sonrisa de IRL puede ayudar a crear la impresión de que eres más cálido y más competente que alguien con una expresión facial neutral. Sin embargo, cambie al correo electrónico, y las cosas se vuelven más formales. Los investigadores encontraron que los correos electrónicos que incluían emoticonos y emoji dejaron a los lectores pensando que el remitente era menos competente en su trabajo, independientemente de su edad o género, sin ningún efecto positivo o negativo en las impresiones de competencia. (El uso de emoticonos aumentó la probabilidad de que los participantes pensaran que el remitente era femenino. Solo para su información, mientras que un estudio de 2012 descubrió que las mujeres tenían más probabilidades de usar emoticonos que los hombres, tenía una muestra de solo 21 participantes, todos estudiantes universitarios).

El estudio examinó las impresiones de 549 participantes sobre el comportamiento de las personas a través de textos y fotografías. Los resultados tampoco pueden ser explicados por una cultura en particular: vinieron de 29 países diferentes.

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Los Millennials valoran muchos intangibles en su lugar de trabajo, desde culturas de alta confianza hasta buenas relaciones personales con sus equipos. Desafortunadamente, nadie puede garantizar que aterrizará en una nueva empresa en la que todos usen pijamas y tengan reuniones en sillas de frijoles. Puede ser mejor errar del lado del conservadurismo en la oficina, sea cual sea su estilo de comunicación personal. Incluso si una cara sonriente puede transmitir perfectamente su significado a su supervisor, considere esperar hasta que tenga una idea de su oficina y de que sus compañeros de trabajo lo conozcan.

Si se encuentra argumentando que el lenguaje es fluido y tal vez su oficina debería considerar cambiar con el tiempo, esa es la conversación que vale la pena. Pero pregúntate cuánta comunicación es realmente necesaria para lo que estás diciendo. Preguntar sobre una fecha límite o dónde están los filtros de café en realidad no necesita mucha emoción. Los correos electrónicos claros y concisos ahorran tiempo y confusiones por todas partes.

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