Algunas situaciones hacen que detectar falsificaciones sea fácil. Ese bolso vendido de una mesa en la acera probablemente no sea Louis Vuitton, y las gafas de sol que cuestan unos pocos dólares definitivamente no son Oakley. Pero ese no es siempre el caso, especialmente cuando solicita un producto en línea. Ahora, los investigadores pueden haber descubierto un fin en torno a los falsificadores.
Científicos daneses de la Universidad de Copenhague acaban de publicar un estudio que describe un método prácticamente infalible para confirmar el punto de origen de un producto. La versión muy corta es que los fabricantes pueden dar a los artículos individuales una huella dactilar totalmente única, que puede verificarse escaneando un código QR. Cada "etiqueta" se genera al rociar una tinta transparente que contiene micropartículas en una etiqueta; Dado que las micropartículas se dispondrán al azar, la etiqueta no se puede reproducir.
Lo mejor de todo es que estas medidas contra la falsificación no interferirán con la calidad de lo que sea que esté comprando. "Se puede poner en una botella de vino, un reloj de oro, una pintura, lo que sea", dijo el coautor Thomas Just Sørensen en un comunicado de prensa. "La etiqueta no necesita ser más grande que una coma".
El equipo de investigación ve esto no solo como un medio para evitar que el lujo y los bienes de consumo falsificados lleguen a compradores bien intencionados. Los beneficios del sistema podrían extenderse a las ventas farmacéuticas y médicas, especialmente para aquellos que se encuentran en línea. "Hoy en día, los consumidores no pueden comprobar por sí mismos si un artículo es genuino o no", dijo Sørensen. "Deben confiar en cada paso de la producción y la cadena de suministro. Nuestro sistema proporciona cada paso en este proceso con igual acceso al sistema".
El nuevo sistema, probado más de 9,700 veces sin falsos positivos, podría llegar al mercado en los próximos años.