Somos unos retoños para Robin Hood. Nos gusta la historia de grimdark, melodramatic, furry, campy, y todo lo demás. Incluso nos gusta el hombre que roba a los ricos para dar a los pobres lo suficiente como para nombrar una plataforma de tecnología financiera con su nombre, tal vez una forma extraña de crear riqueza, pero aquí no hay juicios.
La aplicación Robinhood ha tenido una gran semana, primero con el anuncio de que estaba introduciendo una nueva forma de hacer cheques y ahorros. La mayor sorpresa se produjo en su tasa de interés: en lugar de meterse con las tasas infinitesimales habituales que ofrecen los bancos (ya sabe, por qué aparecen unos pocos centavos en su cuenta cada trimestre), el producto de Robinhood ofrece una tasa del 3 por ciento, que es enorme. Esto es además de una tarjeta de débito, acceso generalizado a cajeros automáticos, sin saldo mínimo y prácticamente sin cargos.
Si suena demasiado bueno para ser verdad, a los escépticos les gustaría tener su opinión. Algunos reporteros han notado que, dada la forma en que está estructurado el producto Robinhood, el dinero que se pone en él en realidad no estará protegido por las aseguradoras bancarias estándar, el SIPC y la FDIC. Después de todo, Robinhood es una startup, no un banco. Si el producto o la empresa no se resuelven, los clientes pueden perder todas sus inversiones.
En última instancia, lo que Robinhood está vendiendo no es tan original. Como Bloomberg Señala, es básicamente un fondo de mercado de dinero. Su estrategia es básicamente conservadora, pero la exageración y la prisa por llegar al mercado no lo son.