Los pequeños cambios realmente se suman. Calentar y enfriar su hogar representa la mitad completa de sus costos de servicios públicos cada año, por lo que es un buen lugar para comenzar a reducir sus gastos. No es exactamente lo más sexy, pero al bajar su termostato unos pocos grados, puede ahorrar un 10% en su factura, lo que supone un gran ahorro en las grandes ciudades como NY y LA.
Cuando se vaya por el día, baje el paso a 65. Si está preocupado por sus mascotas, no lo haga, ¡tienen abrigos de piel! La mayoría de los termostatos tienen una función de temporizador, y si el tuyo no es así, hay otros baratos.
Cuando llegues a casa, enloquece y levántalo a un 68 tropical. Si tienes frío, ponte los calcetines y un suéter, estarás bien. Además, ¿qué es mejor que acurrucarse debajo de una manta y tomar té?
Dormirás mejor, tus plantas prosperarán y ahorrarás dinero.
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