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La desregulación es el proceso a veces controvertido de reducir la cantidad de control que las agencias gubernamentales ejercen sobre la industria privada. Si bien nadie diría que toda la regulación del mercado debería eliminarse, la controversia surge cuando la sociedad intenta equilibrar los intereses de los consumidores y las empresas con respecto a la protección, la seguridad, los precios y la calidad.
La desregulación en acción
Las regulaciones frecuentemente limitan la competencia, crean barreras de entrada y apoyan los precios altos. Cuando se reducen o eliminan las regulaciones, el resultado es menos informes, menos controles, generalmente precios más bajos, más competencia y más innovación. Cuando las aerolíneas se desregularon en 1978, el resultado fue más aerolíneas, más pasajeros, más competencia y tarifas más bajas. Cuando la industria de camiones se desreguló en 1980, las tarifas de envío se redujeron en un 20 por ciento y los ineficientes despachadores dejaron de operar. Los monopolios naturales, por ejemplo, los servicios públicos, siguen estando regulados a partir de 2014. Esto se debe a que potencialmente podrían abusar de su poder en un mercado sin restricciones en detrimento de sus clientes con un servicio deficiente o tarifas altas.