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Si está en bancarrota, lo más probable es que se centre en cómo obtendrá su próxima comida. Sin embargo, si estás quebrantado y eres cristiano, no estás libre de la obligación bíblica de diezmar, ya que es un recordatorio de que Dios es tu empleador y que cosechas lo que siembras. Un diezmo es diferente de una ofrenda: es solo el diezmo que usted está obligado a pagar en todo momento. El diezmo es el 10 por ciento del dinero que tengas o traigas. Una ofrenda es más como un "regalo de amor" que podrías elegir dar en cualquier cantidad cuando te inspiren. Sin embargo, la ofrenda siempre debe venir después del diezmo.
Paso
Da el 10 por ciento de lo que recibas en regalos, donaciones, ingresos ocasionales o beneficios gubernamentales. Tienes que vivir de algo, así que incluso si recibes caridad en cantidades muy pequeñas, dale un diezmo a tu ministerio local.
Paso
Considera que cualquier dinero que te llegue es el dinero de Dios primero. De esta manera, no pensará que el diezmo es una pérdida o "quitar" los pocos fondos que tiene, pero es un recordatorio de poner a Dios primero antes que nada.
Paso
Piense en el diezmo como una inversión en usted mismo, sabiendo que al ponerlo primero en las manos de Dios, le está dando a Dios la oportunidad de proporcionarle para que ya no tenga que estar en quiebra.
Paso
Haz una ofrenda si puedes hacerlo después del diezmo.Puede ofrecer una oferta de un artículo material, como una prenda de ropa, que ayude a otra persona necesitada. Hacer esto te recordará que eres capaz de tener abundancia.